sábado, 3 de noviembre de 2012

Declaración de principios



Todo es música.

Esto puede resultar confuso. Intentaré explicarme.

El canto de los pájaros. El murmullo apenas audible entre dos personas. Una sinfonía de Haydn. Una taladradora. El eco de un niño al lanzar su voz al pozo, para que vuelva a él apenas segundos después. El tamborileo nervioso de unos dedos sobre la madera. El sonido del viento jugando con los arboles, el del terciopelo acariciado, el del beso.

Quizás con esto, la premisa inicial ha quedado aún más emborronada. Volvamos a intentarlo.

¿Y si la concepción que tenemos los seres humanos de la música es la equivocada? Si apenas podemos ver más allá de nuestros ojos sin ayuda de aparatos mecánicos que nos ayuden, ¿cómo podemos esperar que nuestro pensamiento, que no deja de ser un campo delimitado por nuestro aprendizaje, abarque algo tan abstracto y efímero como la música? ¿Y es más, que la catalogue, que la rodee con vallas, que agrupe los sonidos matemáticamente y los denomine con etiquetas tan poco aclaratorias como "fa" o "la"?

Por supuesto, estoy jugando a ser catastrofista. Claro que podemos hacer eso. Es más, nuestra naturaleza nos empuja a hacerlo: a intentar dominar todo aquello que alcanzamos a percibir, aunque sea muy vagamente. Pero tendemos a pensar que la música es solo aquello que podemos explicar bajo los conceptos que nosotros mismos hemos inventado. Y, peor aún, ¡que solo es música lo que tiene suficiente grado de antigüedad! En todo el transcurso de la historia de la humanidad, la mayoría ha rechazado siempre las vanguardias, temerosos de que el pasado al que están aferrados vaya a cambiar. Pero el cambio es inevitable, y la historia siempre avanza, aunque no vivamos lo suficiente como para darnos cuenta.

Confío en que ahora haya despejado las nieblas de mis palabras y se vean con total claridad. Aunque, siendo sincero, prefería la primera explicación. No es que sea un poeta, un tahúr o un loco.

Perdón, me retracto. Quizá sí esté un poco loco. No obstante, ¿no estamos todos los músicos un poco locos?

Puede que, para nosotros, la música lo sea todo. Sí; eso es, sin duda, lo que quería decir desde un principio.

Iñigo del Valle

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